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Los crímenes de Saint-Malo es otra estupenda novela de la serie de el comisario Dupin.
En esta ocasión el escenario es Saint-Malo y sus alrededores. Parece ser que la ciudad, dentro de la peculiaridad de la Bretaña francesa, es lo más peculiar de toda la región. Además, parece que la gastronomía, y ahí tenemos la debilidad de Dupin, es de una estrella Michelin para arriba.
En Los crímenes de Saint-Malo, Dupin está en unas jornadas de “hermanamiento y mejoramiento de los procedimients” entre las diferentes policías de la Bretaña. Todas las noches tienen una cena organizada en un restaurante con estrella Michelin. De hecho uno de los restaurantes me recuerda mucho a uno que hay aquí en Santiago de Compostela, también con estrella. El restaurante en cuestón es el Otonali, de Bertrand Larcher, y también combina la comida japonesa con la local.
Para Dupin, Saint-Malo, debería ser un paraíso, no siendo por las reuniones a las que se ve obligado a asistir, pero un crimen del que es casi testigo, lo complica todo.
La asesinada es una prestigiosa chef con estrella, despachada por su hermana, también chef.
Desde el principio está claro que es la asesina pero tenemos varios factores que se necesitan investigar porque la culpable no suelta prenda: motivo, etc.
Al final, por supuesto, se aclara todo y es bastante enrevesado, pero a medida que se van sabiendo más cosas puedes adivinarlo. Muy bueno.
Como siempre, muy recomendable y esperando la siguiente.