Dos muertes en Belle-Îlle

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Como todas las de Dupin que, por otra parte, son las únicas que conozco de este autor, me gustó muchísimo.

Además, se desarrola en Belle-Îlle-en-Mer. Tengo un “¿cariño u odio?” especial por ella. La conocí en los años sesenta del siglo XX, y me acuerdo de ella siempre por la misma razón. En Belle-Îlle murió Porthos (mosquetero del Rey Luis XIII) en las cuevas de Locamaria, salvándole la vida a Aramis, que fue el que lo metió en el lío. Siempre la asocio a “Los tres mosqueteros” que, junto con “Robinson Crusoe”, son mis favoritos desde esos años. Cuando hablo de “Los tres mosqueteros” hablo también de las continuaciones: “Veinte años después” y “El vizconde de Bragelonne”. No he leído nada desde entonces que me haya gustado más. De hecho, los releo de vez en cuando. No puedo evitarlo.

Me da igual que Dumas utilizase “negros” para sus historias. Se ve que eran todos fabulosos. Aunque con las veces que lo he leído, he detectado algunas incongruencias.

Bueno, después de este pequeño homenaje a Belle-Îlle, y a Dumas (y sus negros), puedo decir que la novela que nos ocupa no desmerece en nada a las anteriores.

Como siempre, la gastronomía es tema importante. La historia entretiene y engancha y los personajes siguen siendo estupendos.

Muy recomendable.