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Una historia muy triste pero muy bien contada sobre las dificultades para sobrevivir en un campo de refugiados.
Está escrita de forma desapasionada, carece de adornos que pretendan hacerla más de lo que es. Es el lector el que debe interpretarla y conmoverse o no ante los hechos tal como son.
La historia nos cuenta la relación que se establece entre Adam y Kilani en el marco del campo de migrantes conocido como “La Jungla”, situado en Calais.
Adam es un ex policía sirio que trabaja, secretamente, contra el régimen de su país viéndose obligado a huir. Llega al campo buscando a su mujer y su hija, que huyeron antes que él.
Kilani, cuyo verdadero nombre es Ayman, es un niño ex soldado de Sudán del Sur, reclutado para el ejército por una guerrilla local, después de ver cómo mataban a su familia.
Ambos coinciden en el campo y Kilani ofrece su lealtad a Adam cuando este lo salva de una situación peligrosa.
Esta relación es el eje sobre el que se desarrolla la trama y sirve para introducirnos en el ambiente y la difícil forma de vida del campo.
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