This post is also available in:
Muy buena.
Me gustó más que la anterior, en la que el protagonista se hacía un poco repelente con sus manierismos. Aquí encontramos a un personaje más perfilado, irónico y con sentido del humor que, incluso, se ríe de sí mismo.
El argumento es bueno y está bien desarrollado. Como en El cadáver con lentes, la escritura es directa, sin florituras ni descripciones o disgresiones innecesarias.
Muy recomendable para aquéllos a los que les gusten los clásicos del género.